Como ya habíamos adelantado el 5 de agosto en nuestro Informe Especial, nuevo material fílmico infrarrojo confirma que Israel utilizó una nueva arma, se trata de un misil dotado de un componente nuclear táctico cuya explosión provoca el “hongo” característico de las explosiones nucleares.
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Por Thierry Meyssan
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ordenó
destruir un depósito de armas del Hezbollah en Beirut con un arma nueva que
dejó más de 100 muertos y unos 5 000 heridos en la capital libanesa,
provocando además enormes daños materiales, este martes 4 de agosto. Esta vez
será difícil que Netanyahu pueda ocultar su responsabilidad personal y la del
Estado israelí.
El “primer” primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu,
autorizó un ataque contra un depósito de armas del Hezbollah con el uso de un
arma nueva, que había sido sometida a un ensayo 7 meses antes en suelo sirio.
Se ignora si el “segundo” primer ministro, Benny Gantz, fue consultado antes
del ataque.
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Ensayo realizado por Israel en suelo sirio hace 7 meses.
El ataque israelí fue realizado el martes 4 de agosto de
2020, precisamente contra un lugar que Benyamin Netanyahu había designado casi
2 años antes –el 27 de septiembre de 2018–, durante su discurso ante la
Asamblea General de la ONU, como un depósito de armas del Hezbollah [1].
Se ignora en qué consiste la nueva arma utilizada. Pero sí
se sabe que Israel ya la había sometido a ensayos, desde enero de 2020, en
suelo sirio. Se trata de un misil
dotado de un componente nuclear táctico cuya explosión provoca el “hongo”
característico de las explosiones nucleares. Por supuesto, no se trata de una
“bomba atómica” en el sentido estratégico.
Esta arma fue puesta a prueba en suelo sirio, en una vasta
llanura, y posteriormente fue utilizada contra barcos iraníes en el Golfo
Pérsico. En Beirut fue utilizada por primera vez en un medio urbano, pero en
un entorno muy particular que permitió a los operadores comprobar los efectos
de la onda expansiva y de la vibración provocada por la explosión tanto sobre
el suelo como sobre el agua. Además de arrasar el puerto de Beirut, la
deflagración dejó un centenar de muertos y al menos 5 000 heridos y
prácticamente destruyó el sector este de la ciudad (el sector occidental se
vio protegido por el silo destinado al almacenamiento de grano).
Inmediatamente después del ataque, Israel activó sus
contactos en los medios de difusión internacionales para esconder su crimen y
propagar la versión de la explosión accidental de un gran cargamento de
fertilizante nitrogenado. Como tantas veces ha sucedido, se designan falsos
culpables y la maquinaria mediática internacional repite incansablemente la
mentira, cuando aún no se ha realizado ningún tipo de investigación.
Sin embargo, las imágenes muestran que la segunda explosión
produjo un “hongo” similar al de una explosión atómica, imagen totalmente
incompatible con la tesis de la explosión de un cargamento de fertilizante
nitrogenado.
El “hongo” provocado por la explosión de Beirut no tiene
nada que ver con lo que puede verse en una explosión de tipo convencional.
Siria se abstuvo de mencionar esa arma cuando fue utilizada
en su territorio. Irán también prefirió callar. En Líbano está sucediendo lo
mismo. Los partidos políticos libaneses concluyeron un acuerdo para no
mencionar el asunto, en aras de no desmoralizar a la población y avalar la
versión de los fertilizantes que supuestamente causaron la deflagración, con
lo cual se responsabiliza a la dirección del puerto. Pero la mentira no ha
tardado en volverse en contra de los partidos políticos que la concibieron.
El Tribunal de las Naciones Unidas para el Líbano, que debía
dar a conocer un veredicto sobre el asesinato del ex primer ministro libanés
Rafic Hariri, perpetrado en 2005, decidió posponerlo por varios días. Hoy
estamos viendo algo muy similar al atentado que costó la vida a Rafic Hariri.
En 2005, la explosión de un vehículo automotor sirvió para disimular el uso de
un misil, verdadero causante de la enorme destrucción que mató al ex primer
ministro libanés. Esta vez, la primera explosión que se vio en el puerto de
Beirut disimuló el impacto del misil armado con la nueva arma que causó la
segunda y enorme deflagración.
Cinco años después del atentado que costó la vida a Rafic
Hariri –desgraciadamente con 5 años de retraso– pude revelar en una revista
rusa cómo se realizó aquel atentado mortal contra el ex primer ministro
libanés [2], mientras que el Hezbollah publicaba un video que demostraba la
implicación de Israel en el asesinato.
Es importante resaltar que en 2005 aquel asesinato fue
cometido contra un ex primer ministro sunnita y que ahora, en 2020, el ataque
del 4 de agosto apunta no sólo contra el Hezbollah chiita sino contra todo el
conjunto de la resistencia libanesa.
[1] “Remarks by Benjamin Netanyahu to the 73rd Session of the
United Nations General Assembly”, por Benjamin Netanyahu, Voltaire
Network, 27 de septiembre de 2018.
[2] «Revelaciones
sobre el asesinato de Rafik Hariri», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire,
29 de noviembre de 2010.
Fuente: Voltaire.net.org
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